Olivia trató de centrarse en su trabajo como cada día, pero se le estaba haciendo sumamente difícil, pues sentía la mirada de Amir en todo su ser, aunque para su desgracia no era una mirada cargada de deseo, más bien era molestia, pues solo un segundo antes de bajarse del vehículo de su jefe, Olivia había recordado, el pedirle, o más bien exigirle, que su relación debía mantenerse en secreto.
—¿Disculpa? —Amir en realidad no estaba pidiendo que le aclarase nada, más bien esa palabra lanzada casi con molestia, era un mero aviso, una señal que Olivia debería de haber tomado en cuenta.
—Que nadie sepa en la compañía Amir, ni en la nuestra, ni en Stella Producciones.
—¿Por qué? —preguntó tratando de contener su molestia, a la par que sus manos apretaban el volante del vehículo.
—No quiero que se diga que el lugar que tengo es gracias a que saltó sobre la verga del jefe.
Por un escaso segundo Amir bajó la guardia, ese mísero momento en que le llevó imaginar a Olivia saltando sobre su verga