—Ya regreso, voy por los niños, creo que es hora de que se vayan a la cama. —Marta se levanta de su asiento.
—Sí, es un poco tarde —dice mirando su reloj de pulsera.
Tan pronto como Marta se dirige a la cocina, Albert comienza a sentirse ligeramente aturdido, y todo comienza a dar vueltas a su alrededor. Deja la copa sobre la mesa de centro, luego se reclina en el espaldar del sofá y bosteza.
Marta regresa minutos después, ve que el somnífero ha causado un efecto inmediato en él.
—Deja pedirle la bendición a papá —insiste la pequeña Shirley.
—Papá está dormido, linda. Deja que descanse, vamos a tu habitación. —ordena.
Sam quien viene a pocos pasos de ella, logra escabullirse e ir hacia la sala.
—Papá, despierta —dice sacudiendo el hombro de Albert, quien abre los ojos lentamente— ¿Vienes a jugar conmigo a mi habitación?
—¡Sam! —llama desde la escalera a su hijo— Deja a Albert descansar y ven ahora mismo a tu cuarto.
—Pero mamá…
—Obedece y sube.
El chico no tiene m