9: 00 am.
Al día siguiente, en la agencia AM MILLER.
— Señor, hay alguien que le busca urgentemente, no tiene cita agendada, pero me pidió que le entregue esto. — Decía amablemente la secretaria de Mason, Ashley.
— ¿Puedo saber por qué estás aceptando entregarme notas de extraños que simplemente vienen? — Preguntaba Mason de mal humor esa mañana sosteniendo en sus manos la tarjeta que le entregó la joven secretaria.
Cuando el atractivo hombre de cabello rubio posó sus ojos grises en la tarjeta, se sorprendió de inmediato.
— ¡Olvida lo que he dicho! Hazla pasar de inmediato. — Pidió Mason apurado.
Fue entonces, que la secretaria hizo tal como él ordenó.
…..
Tap, tap~
Sonaban las zapatillas de la pequeña mujer con aspecto inocente sobre el mármol.
— Pensé que no ibas a recibirme~ — Comentó ella de manera juguetona.
Mason Miller suspiró con pesar aún sentado trás el escritorio, él apoyó su codo en el descansa brazos derecho de su cómoda silla y seguidamente su mandíbula sobre su