Jen Saldaña
Miami
No quería rechazar su oferta, porque era ya una costumbre que teníamos los tres de ver su programa juntos, pero esta vez sí les iba a fallar. También porque mis padres empezaban a dar opiniones de cómo y no se debía hacer lo que hacían los concursantes y siempre me preguntaban a mí para ver de qué lado estaba y hoy la verdad, no quería ni hablar.
–Lo siento, papá, por hoy paso del programa – Dije bostezando – Tuve un día terrible y muy cansado en la clínica y solo quiero subir a ponerme el pijama y dormir.
–Te entiendo perfectamente, Jen, pero en tal caso. Vamos a cenar algo y luego te vas a dormir – Dice mi mamá. – sabes que no me gusta todo eso de que te andes malpasando, porque si te duermes ya no te vas a levantar para cenar.
–Está bien mamá.
Mi mamá hizo algo de cena rápido, unos molletes y una salsa de pico de gallo la cual me cayó muy bien. Tenía demasiada hambre y después de eso, ayudé a lavar los trastes y de nuevo sentí un mareo. Afortunadamente mis padres