Jacob Smirnoff

Miami

Pero de todos modos yo le iba a insistir, ella me tenía que apoyar, yo estaba con ella en las buenas y en las malas, lo habíamos jurado ante Dios y los que nos acompañaron en nuestra boda.

–Claro que sí, sé que Mijaíl, tiene prisa y no debemos hacerlo esperar, pero dime que es lo que te tiene tan ansioso.

Jen, me conocía a la perfección, se había dado cuenta que estaba queriendo ganar tiempo con ella antes de que saliéramos a esa reunión con Peter y con sus padres, y era mi oportunidad para pedir su ayuda.

–Mira Jen, tú sabes que estoy arrepentido, de cómo traté a Peter, y reconozco que me ofusqué, pero tú, al igual que yo viste en qué condiciones los encontramos, no me puedes dejar solo con eso.

Es que de solo pensar si hubiéramos esperado un poco más, si hubiéramos seguido buscando las dichosas piezas, esto hubiera sido una tragedia, porque no sé qué hubiera sido capaz de hacerle a Peter, afortunadamente eso no había pasado, estaríamos viviendo una situación muy