Brian.-
Vuelvo a marcar el número de Julia, pero sigo sin tener éxito ¡¿Dónde carajos está metida?!
— ¿Por qué no me respondes? –susurro ante la mirada atenta del oficial que me vigila cada movimiento que hago.
Me paralicé cuando la idea de que la policía haya podido ir a buscarme en la oficina cruzará mi mente, seguramente Julia creyó en todo lo que le dijo el agente.
“No, no eso no puede ser” me repito como un mantra, porque Julia no simplemente puede alejarse así y abandonarme a mi suerte solo por un rumor, una equivocación ¡sí, eso es todo esto, una equivocación!
— Pero ¿Por qué entonces no contesta a mis llamadas?
— ¡Hey, tú ya se cumplió el tiempo!
— No he llamado a nadie, solo deme un minuto, por favor.
Elijo llamar a la única persona que me queda… Ángelo.
— Ángelo Castiblanc –agradezco mentalmente por haber contestado– ¿diga?
— Ángelo soy yo, me detuvieron al llegar a Las Vegas.
— ¡¿Qué?! ¿Cómo que te detuvieron?
— ¡No lo sé, me acusan de matar a una tal Lena Matteo