Julia.-
Mis padres se fueron al hospital para quedare con Cora, agradecía un poco la soledad para poner mis pensamientos e ideas en orden.
¿Cómo les oculto todo lo que sé?
— ¡Ay! –me sobresalto cuando escucho a Brian quejarse, al girarme lo veo caminando de un lado para otro sosteniéndose su mano por la que brota sangre.
— ¡Por dios! ¿Qué te pasó?
— Los cuchillos y yo somos enemigos naturales –tomo su mano y la meto debajo del grifo.
— ¿Por qué no me dijiste que no sabes, picar…? –me giro hacia la encimera y observo la cebolla manchada con unas gotas de sangre–. No sabes picar cebolla.
— ¡Ay, mis ojos! –vuelve a gritar cuando paso su otra mano por su rostro con el aroma del vegetal que había intentado picar.
— Por dios pareces un niño.
…
En otro momento me habría reído de la situación de mi cocina como foca con hipo, pero, no ahora.
— Gracias por salvarme la vida –Brian me besa el hombro y mi mente simplemente se puso en blanco
— No seas exagerado, solo fue un rasguño.
Sus l