Brian.-La ayuda del FBI y Peter aunque esperanzadora, no actuaría en el tiempo que pensábamos, para poder atrapar al desgraciado tío de las gemelas había que encontrar pruebas. El plan de mi amigo era bueno, pero Rob Nixon había estado evadiendo la ley por mucho tiempo, una invitación a una sala cerrada para una partida de póker lo haría sospechar y desaparecer, pero Julia y Cora seguirían en peligro. Así que trazamos otro plan. — Si no le entrego el dinero –expresó con la voz ahogada. — No dejaremos que ni a usted ni a su hermana le pasen algo –la tranquilizó Peter mirándola con atención, con demasiada debo decir, otro que cayó en las redes de las gemelas Nixon–. Tenemos agentes vigilando su casa y a su hermana, la ubicamos en un restaurante acompañada de un hombre. Al escuchar eso mi cuerpo se tensó de inmediato, apreté con fuerza mis puños, todos se percataron de mi gesto. — Debe ser el novio de mi hermana, el doctor Rogers –aclaró Cora con timidez, mirándome fijamente. — ¿
Cora.-Las manos me temblaban, pero debía hacer esa llamada, mientras Brian se preparaba para salir y tenderle la trampa a Rob, su amigo el sargento se había quedado conmigo. — Usted puede –me dice con un tono amable. Marco el número de Rob, miré el reloj que estaba en la pared de la cocina de Brian, faltaban cinco horas, prácticamente había pasado la noche aquí, había estado evitando las llamadas de mi madre y de Julia. Me concentro en hacer mi parte del plan, con los ojos de Peter sobre mí, coloco mi celular en altavoz. — ¡¿Por qué demonios demoras tanto?! –brama Rob al otro lado. — No logré conseguir el dinero, lo siento. — ¿Cómo qué no? ¡Estás loca! Debes conseguirlo, has lo que sea. — ¡TÚ TE METISTE EN ESTE PROBLEMA SOLO! ¡RESUELVELO DE LA MISMA MANERA! — Voy a contarle todo a tu padre –mi estómago se contrajo, Peter me miraba sin juzgarme, me animó a responderle a Rob. — Ya no me importa Rob ¿Y sabes qué hazlo? Eso no evitará que vaya a la policía y cuente mi versión ¿A
Julia.-Estar en mi hogar junto a mis padres, me hizo sentir un poco más tranquila, pero mi angustia no cede. — ¡Uhm! Hacía mucho tiempo que no te veía comer eso –bajo l mirada y sonrío al ver las galletas, con chocolate derretido y el malvavisco–. ¿todo está bien tesoro? Recuerdo que cuando estabas ansiosa o preocupada por algo un s´more era tu escape. — No, mamá estoy bien, me dio antojo de recordar un poco de mi infancia de repente –deje tratando de sonar lo más calmada posible, lo que menos necesitaba mi mama en estos momentos, era preocuparse por la situación amorosa de sus hijas–. ¿cómo se ha sentido papá hoy? — Se siente con más ganas de levantarse de la cama, aunque quiere regresar a su casa. — No ha terminado el tratamiento, no puede irse ahora. — Lo sabemos Julia, él solo quiere volver a la normalidad tan pronto como se pueda. — Lo entiendo, pero hasta que no termine el tratamiento deben quedarse aquí, espero que no estén pensando que nos molestan, porque no es así est
Las Vegas.-Brian.-Camino de un lado para otro, froto mis manos sudadas, la espera es abrumadora, no puedo perder esta licitación, este proyecto es muy importante porque. “¡No puedo volver a perder de nuevo frente a Julia Nixon!”Esa mujer sí que se ha esforzado por quitarme a mis mejores clientes y mis proyectos.Lo peor de todo es que la muy desgraciada no da la cara siempre envía a su hermana “¡Dios, su sexy hermana!” Creí conseguir algo durmiendo con Cora, pero resultó ser muy leal y ¿Cómo no? los proyectos que me han robado son los más grandes ganarán miles de millones de dólares al construir esos hoteles y ese casino. Me aflojo la corbata, siento como comienzo a transpirar, con cada minuto que pasa se pone peor la espera, necesito lograr esto, me esforcé mucho para crear este proyecto. La puerta de la sala de juntas se abre y mi corazón se paraliza, mi socio y mejor amigo Angelo sale y no me gusta su seriedad, en silencio niega y maldigo para mis adentros, me doy vuelta si
Julia.- Me observo en el espejo, suelto un suspiro de alivio al verme en mi conjunto cómodo de algodón, me recojo el cabello en un moño despeinado, procedo a quitarme los lentes de contacto. “¡Los odio!” Pero, Cora no usa gafas, sí queremos ser convincentes cuando cambiamos de lugar tenemos que fijarnos en esos pequeños detalles. Me tumbo en mi cama pensando en las palabras de mi hermana, somos gemelas idénticas, pero ella es más extrovertida, su trabajo como publirrelacionista lo hace excelente y pese a lo que dice gracias a ella nuestra empresa ha crecido por todos los contactos que ha conseguido. Mi hermana y yo siempre hemos sido muy unidas juntas nos embarcamos en esta aventura al venir desde Oregón un pequeño pueblo llamado Rogue Valley crecimos en una granja, éramos muy felices amábamos los animales, nuestros padres que ahora se encuentran en un merecido crucero por el mediterráneo, nos enseñaron el valor del trabajo, esforzarnos duro. Amamos la vida de campo, pero Cora
Julia.- — Definitivamente tienes cero sentido de la moda hermana –ruedo mis ojos con fastidio. –Dios te ha regalado una enorme belleza ¿por qué? ¿por qué intentas ocultarla bajo esos trajes de sastre tan horrendos? ¿Y con tallas más grandes se te ven enormes? Mi hermana protesta mirando con desprecio mi atuendo haciendo un berrinche. — ¡Por dios mocasines, mocasines! ¿Quién en su sano juicio usa mocasines de abuela? –fija sus ojos en mi calzado color marrón oscuro haciendo una mueca de asco. — Deja de criticarme Cora, así me siento cómoda no necesito mostrar un gran escote para trabajar, eso te lo dejo a ti Señalo el precioso vestido azul marino ajustado que deja mucho a la imaginación sobre todo en el área del escote. — A mí no me gusta llamar la atención –frunce el ceño y los labios mirándome con enojo. –estuve pensando en lo del asistente ¬–solté para tranquilizarla. –tienes razón se nos viene un trabajo enorme con el casino que debemos construir para los Royal y no puedo
Brian.-Estaba en el despacho de mi abuelo. Ambos estábamos en silencio; su postura distante con la mirada perdida claramente me decía que no estaba bien… y había un deje de decepción en su expresión. — Abuelo, vamos a salir de esta mala racha –intenté darle seguridad a mis palabras, pero fallé porque mi voz apenas salió en un hilo ahogado. Sí le temía a mi abuelo, no quería defraudarlo. — ¿Mala racha? –Se gira para verme con la mirada encendida–. Esto no es solo una mala racha Brian. ¡Tú has preferido prestarle atención a acostarte con cuanta mujer se te cruce al frente! –Me señala con su dedo, acusándome. El tono de su voz se elevó dos decibeles–. Estar metido en bares, discotecas, clubes de strippers, ¿crees que no lo sé? Eso no estaba mal mientras cumplieras con ¡TU OBLIGACIÓN! –Golpeó con fuerza su escritorio–. Ahora estamos en números rojos. ¿Qué le diremos a los accionistas cuando no reciban su transferencia este mes? ¿Qué le vamos a decir a los empleados que tendremos que de
Brian.-— ¡Por dios! –Angelo me mira asombrado mi reflejo y luego a mí con los ojos abiertos de par en par –Katrina eres… increíble. Si no supiera de quien se trata te aseguro que no lo reconocería en lo más mínimo –luego suelta una carcajada–. Pareces el propio nerd, te ves como un idiota. — Muchas gracias por los halagos a mi desempeño –comenta Katrina con orgullo–. ¿Qué te parece Brian? Me miro nuevamente en el espejo, ciertamente Katrina cumplió con la exigencia principal de ser otro. Miro en mis dientes los accesorios plateados una simulación de una ortodoncia casi perfecta. Nadie imaginaria que no fueron hechas por un profesional… Aunque este cambio tiene sus sacrificios, miré al piso y unos mechones de mi hermoso cabello reposaban tristes y desvalidos. Mi bello cabello ahora estaba impregnado por completo con gel para el cabello, muy aceitoso para mi gusto, en un peinado con una raya de lado. Pareciera que una vaca hubiese pasado su lengua por él hasta peinarlo por completo.