Brian.- Observo mi reloj, con mi mejilla apoyada sobre mi mano, han pasado diez minutos y Ángelo no deja de reírse. — ¡Lo siento, es solo que…! Me hiciste la noche –se limpia las lágrimas, al ver mi rostro serio su sonrisa desaparece–. pensé que me estabas jodiendo.— ¡¿Cuándo soné como si estuviera haciendo un chiste Ángelo?! ¿Y me llamas a mi idiota?— Ósea que Julia te pidió que la… conquistaras — Sí, quiere flores, chocolates en forma de corazón, cenas románticas ¡yo no sé nada de eso! –suspiro tocando el puente de mi nariz–. tengo que hacerlo y no sé cómo y tú eres un cursi nivel dios.— No exageres. — Le dices caramelo a Cora ¿Quién en su sano juicio dice semejante babosada? — Ok, primera clase, a las mujeres les encanta ese tipo de adjetivos, incluso a las mujeres como ella. Su mirada se enfoca en Cora, sus ojos la ven como si fuese una diosa del olimpo, con tanta devoción, amor y con cara de idiota, espero no verme así al lado de Julia. — Perfecto, buscar un adjetivo e
Brian.- — ¡Julia! Llevo horas buscándote ¡¿Dónde estabas?! Me preocupe La observo con la mirada perdida, tenía los ojos hinchados. — Estoy bien –responde sin ningún ánimo, luego se me lanza y deja un enorme beso en mis labios–. Eres un amor ¿lo sabías? — Sí ¿y tú? –libera una pequeña sonrisa–. ¿dónde estabas Julia? — Descubriendo la verdad –dice pasándome por un lado. — ¿Descubriendo…? –la miro de arriba abajo, tenía ropa nueva, pero no de su estilo–. dime que no lo hiciste.— Tenía que saberlo. — ¿Fuiste a ver a Rob haciéndote pasar por Cora? –baja sus ojos intentado ocultar su culpa–. ¡Julia! — Repito tenía que saberlo –su voz se tranca y sus ojos se inundan con lágrimas, me acerco a ella y la envuelvo en mis brazos. — ¿Cómo se lo diré a mis padres? –pregunta en medio del llanto. — No tienes, porque decirles, Cora cometió un error, solo era una adolescente rebelde que se puso en el camino de un desgraciado que se aprovechó de ella. Nos quedamos en silencio, cuando el mome
Cora.-El médico me había dejado sola, lo cual agradecí, mi mente estaba perdida, todos mis pensamientos estaban paralizados, como si el tiempo se hubiese detenido para para mí. Tome el valor para aparta la sábana blanca que me cubría las piernas, estaban allí expuestas, mis manos temblorosas se acercaron a mis muslos, solo fue un roce… pero no sentí nada. — ¿Puedo pasar? No me di cuenta que la puerta de mi habitación se abrió, o si alguien la tocó. Era Peter.— El médico me dijo que estabas despierta, te traje algo de comer. Me muestra una bolsa de papel, el olor que emanaba la bolsa era delicioso, sin embargo lo menos que yo quería era comer. Lo ignoré. — Rob está detenido, no saldrá nunca de prisión, puedes estar tranquila. — ¿Tranquila? –resoplé con ironía–. ¡ese maldito me dejó inválida! ¿debo estar tranquila? Deje escapar mi enojo, mi desgracia en medio de un sollozo, “debilidad” algo que nunca me había permitido, pero aquí estaba. — Puedes recuperarte, darte por vencida
Las Vegas.-Brian.-Camino de un lado para otro, froto mis manos sudadas, la espera es abrumadora, no puedo perder esta licitación, este proyecto es muy importante porque. “¡No puedo volver a perder de nuevo frente a Julia Nixon!”Esa mujer sí que se ha esforzado por quitarme a mis mejores clientes y mis proyectos.Lo peor de todo es que la muy desgraciada no da la cara siempre envía a su hermana “¡Dios, su sexy hermana!” Creí conseguir algo durmiendo con Cora, pero resultó ser muy leal y ¿Cómo no? los proyectos que me han robado son los más grandes ganarán miles de millones de dólares al construir esos hoteles y ese casino. Me aflojo la corbata, siento como comienzo a transpirar, con cada minuto que pasa se pone peor la espera, necesito lograr esto, me esforcé mucho para crear este proyecto. La puerta de la sala de juntas se abre y mi corazón se paraliza, mi socio y mejor amigo Angelo sale y no me gusta su seriedad, en silencio niega y maldigo para mis adentros, me doy vuelta si
Julia.- Me observo en el espejo, suelto un suspiro de alivio al verme en mi conjunto cómodo de algodón, me recojo el cabello en un moño despeinado, procedo a quitarme los lentes de contacto. “¡Los odio!” Pero, Cora no usa gafas, sí queremos ser convincentes cuando cambiamos de lugar tenemos que fijarnos en esos pequeños detalles. Me tumbo en mi cama pensando en las palabras de mi hermana, somos gemelas idénticas, pero ella es más extrovertida, su trabajo como publirrelacionista lo hace excelente y pese a lo que dice gracias a ella nuestra empresa ha crecido por todos los contactos que ha conseguido. Mi hermana y yo siempre hemos sido muy unidas juntas nos embarcamos en esta aventura al venir desde Oregón un pequeño pueblo llamado Rogue Valley crecimos en una granja, éramos muy felices amábamos los animales, nuestros padres que ahora se encuentran en un merecido crucero por el mediterráneo, nos enseñaron el valor del trabajo, esforzarnos duro. Amamos la vida de campo, pero Cora
Julia.- — Definitivamente tienes cero sentido de la moda hermana –ruedo mis ojos con fastidio. –Dios te ha regalado una enorme belleza ¿por qué? ¿por qué intentas ocultarla bajo esos trajes de sastre tan horrendos? ¿Y con tallas más grandes se te ven enormes? Mi hermana protesta mirando con desprecio mi atuendo haciendo un berrinche. — ¡Por dios mocasines, mocasines! ¿Quién en su sano juicio usa mocasines de abuela? –fija sus ojos en mi calzado color marrón oscuro haciendo una mueca de asco. — Deja de criticarme Cora, así me siento cómoda no necesito mostrar un gran escote para trabajar, eso te lo dejo a ti Señalo el precioso vestido azul marino ajustado que deja mucho a la imaginación sobre todo en el área del escote. — A mí no me gusta llamar la atención –frunce el ceño y los labios mirándome con enojo. –estuve pensando en lo del asistente ¬–solté para tranquilizarla. –tienes razón se nos viene un trabajo enorme con el casino que debemos construir para los Royal y no puedo
Brian.-Estaba en el despacho de mi abuelo. Ambos estábamos en silencio; su postura distante con la mirada perdida claramente me decía que no estaba bien… y había un deje de decepción en su expresión. — Abuelo, vamos a salir de esta mala racha –intenté darle seguridad a mis palabras, pero fallé porque mi voz apenas salió en un hilo ahogado. Sí le temía a mi abuelo, no quería defraudarlo. — ¿Mala racha? –Se gira para verme con la mirada encendida–. Esto no es solo una mala racha Brian. ¡Tú has preferido prestarle atención a acostarte con cuanta mujer se te cruce al frente! –Me señala con su dedo, acusándome. El tono de su voz se elevó dos decibeles–. Estar metido en bares, discotecas, clubes de strippers, ¿crees que no lo sé? Eso no estaba mal mientras cumplieras con ¡TU OBLIGACIÓN! –Golpeó con fuerza su escritorio–. Ahora estamos en números rojos. ¿Qué le diremos a los accionistas cuando no reciban su transferencia este mes? ¿Qué le vamos a decir a los empleados que tendremos que de
Brian.-— ¡Por dios! –Angelo me mira asombrado mi reflejo y luego a mí con los ojos abiertos de par en par –Katrina eres… increíble. Si no supiera de quien se trata te aseguro que no lo reconocería en lo más mínimo –luego suelta una carcajada–. Pareces el propio nerd, te ves como un idiota. — Muchas gracias por los halagos a mi desempeño –comenta Katrina con orgullo–. ¿Qué te parece Brian? Me miro nuevamente en el espejo, ciertamente Katrina cumplió con la exigencia principal de ser otro. Miro en mis dientes los accesorios plateados una simulación de una ortodoncia casi perfecta. Nadie imaginaria que no fueron hechas por un profesional… Aunque este cambio tiene sus sacrificios, miré al piso y unos mechones de mi hermoso cabello reposaban tristes y desvalidos. Mi bello cabello ahora estaba impregnado por completo con gel para el cabello, muy aceitoso para mi gusto, en un peinado con una raya de lado. Pareciera que una vaca hubiese pasado su lengua por él hasta peinarlo por completo.