Brian.-
Observo mi reloj, con mi mejilla apoyada sobre mi mano, han pasado diez minutos y Ángelo no deja de reírse.
— ¡Lo siento, es solo que…! Me hiciste la noche –se limpia las lágrimas, al ver mi rostro serio su sonrisa desaparece–. pensé que me estabas jodiendo.
— ¡¿Cuándo soné como si estuviera haciendo un chiste Ángelo?! ¿Y me llamas a mi idiota?
— Ósea que Julia te pidió que la… conquistaras
— Sí, quiere flores, chocolates en forma de corazón, cenas románticas ¡yo no sé nada de eso! –suspiro tocando el puente de mi nariz–. tengo que hacerlo y no sé cómo y tú eres un cursi nivel dios.
— No exageres.
— Le dices caramelo a Cora ¿Quién en su sano juicio dice semejante babosada?
— Ok, primera clase, a las mujeres les encanta ese tipo de adjetivos, incluso a las mujeres como ella.
Su mirada se enfoca en Cora, sus ojos la ven como si fuese una diosa del olimpo, con tanta devoción, amor y con cara de idiota, espero no verme así al lado de Julia.
— Perfecto, buscar un adjetivo e