Dafne regresó apresuradamente al hospital.
Celia le explicó la situación:
—Esperanza quería yogur, así que la llevé a la tienda a comprar yogurt. Sin embargo, justo cuando terminé de pagar, ¡me di la vuelta y ya no estaba a mi lado!
Dafne se mantuvo calmada y respondió:
—Vamos primero a revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad de la tienda.
El dueño de la tienda fue amable y, al enterarse de que Dafne había perdido a su hija, les mostró de inmediato las grabaciones de seguridad. En las imágenes, un hombre bien vestido se llevó a Esperanza…
—Daf, ¿quién es ese? ¿Lo conoces? Debemos llamar a la policía. ¿Podría ser uno de los subordinados de Hans? —preguntó Celia.
Sin embargo, con el rostro pálido, Dafne negó con la cabeza y dijo:
—No… Esa persona… es el asistente de Fabio… ¡Fabio es definitivamente el culpable!
Ella solo pensaba que Fabio encontraría a Alba y la utilizaría para amenazarla. ¡Pero no esperaba que Fabio secuestrara incluso a una niña de solo seis años para lleva