Cap. 2. Amigos.

Narra Olivia.

— Olivia, despierta… Oli…

Siento que alguien me sacude y empiezo a toser sintiendo mi boca salada, abro mis ojos viendo la arena, respiro con dificultad, sigo vivo, gracias a Dios sigo viva.

— Dios, Olivia, ¿Por qué no me dijiste que no sabes surfear? — escucho a mi lado, alzo mi mirada mientras me siento bien y veo la cara de preocupación de Kai — Por poco te mueres ahogada — río un poco y parece molestarse aún más — No es gracioso — dejo de reírme y me abraza.

— Estoy bien… — siento mis mejillas calentarse, se separa y me mira a la cara.

— Tienes que decirme todo, si no sabes manejar, si te da miedo las alturas, si eres alérgica a algo, todo, Olivia, entre en pánico cuando te caíste de la tabla y no saliste a la superficie al minuto — asiento a lo que dice suspira levantándose y ayudándome a levantar — ¿Puedes caminar? — asiento sin decir nada, entramos a la casa y cada quien se va a su cuarto, me baño.

Duro un buen rato ahí hasta que escucho la voz de Kai llamarme para almorzar, salgo y me cambio, peino mi corto cabello y salgo de la habitación, al bajar huelo algo rico, cuando me detengo frente a la mesa del comedor parpadeo viendo una pizza con jamón y piña.

— La pizza no tiene piña — digo mirándolo salir de la cocina con otra pizza y una jarra de jugo.

— Es una pizza hawaiana — se defiende, me siento y lo miro frente a mí empezando a comer como si nada. — Habrá una pequeña fogata cerca de aquí con unos amigos, por si quieres ir — dice cuando estoy probando un trozo de la pizza que hizo, asiento.

— Me parece bien, solo espero no terminar en la estación de policía — se ríe.

— ¿Cómo es que terminaste en la estación de policías? — pregunta con curiosidad, tomo jugo para tragar la comida mejor y sacudo mis manos preparándome para contar como es que mis padres terminaron por traerme aquí.

— Resulta que me invitaron a una fiesta y mis padres dijeron que no fuera que no me darían permiso, entonces me escape y no sé cómo termine en una fiesta clandestina en donde llegaron la policía y encontraron drogas y bebidas ilegales, la policía pensó que estaba con lo que estaban traficando y pues tuve que llamar a mi papá y me terminó buscando mi mamá, y así es como termine aquí — termino de explicar.

Kai parece sorprendido por mi relato que se quedó callado por un buen rato sin decir ni mostrar alguna otra emoción alguna.

— Entonces… mandarte aquí, fue una manera de castigo… — dice por fin después procesar, asiento a lo que dice y suspira — Que mala idea, porque aquí harás lo mismo que hiciste allá solo que sin supervisión y teniéndome como guía — aplaudo emocionada por su respuesta.

— Eso me dije, que bueno que seamos amigos como en los viejos tiempos — le sonrío y me sonríe asintiendo, terminamos de comer y cada quien a su cuarto, miro que dan las 3 de la tarde y me siento en la cama mirando el cuarto, miro el piso de madera y comiendo a ver una luz que sale de la madera, camino y toco el trozo dándome cuenta que la madera se sale un poco.

Me arrodillo en el piso y logro sacar el trozo de madera, hay un hueco en él y meto la mano sintiendo algo frío, trago saliva esperando que no sea nada que me haga pegar el grito al cielo, saco lo que hay y veo una cajita de metal.

— Oye, Mahina — escucho y me pongo delante del hueco mirando a Kai entrar al cuarto — ¿Qué estas escondiendo? — pregunta cruzándose de brazos, niego a lo que me pregunta — Puede que no nos hayamos visto en 12 años pero conozco muy bien cuando mientes — suspiro y me quito.

— Encontré una caja de lata — digo mostrando lo que descubrí — Tiene mis iniciales — frunzo el ceño y luego hago memoria y lo miro — ¿Me ibas a decir algo? — pregunto esperando que no quiera saber el contenido de la caja.

— Cierto, saldremos en 2 horas, mientras voy a comprar unas cosas, así que ya regreso, si no regreso, ve directo a la fogata, es a 3 casas a la derecha, te darás cuenta cuando escuches música — se va pero regresa — No te pierdas — asiento y se va otra vez, suspiro, me siento en la cama con la cajita y escucho la moto arrancar.

Bien, se ha ido, ya estoy lo suficiente sola como para poder ver lo que guarde adentro cuando tenía 10 años. No recordaba que tenía esta caja, la abro encontrando fotos, conchas, caracolas, una que otra piedra y unas cartas.

— Veo que si estaba enamorada de Kai — me río poniéndome a leer — “10 de agosto de 2004, Querida carta…” — me río un poco y prosigo — “Hoy conocí por primera vez a Kai, es el hijo del amigo de mi papá, es un chico muy bonito, tiene unos ojos como el olivo que tiene papá sembrado en casa y olivo suena a Olivia, eso quiere decir que es mi ser amado” — carcajeo fuerte sin creer lo que leo.

Para tener 8 años en ese entonces, escribía muy bien y con buena ortografía, por nada terminé estudiando lengua y literatura.

— Ay pequeña Olivia, que ingenua eras en ese entonces — la verdad sí que tenía un enamoramiento infantil con Kai pero después de 12 años sin verlo y sin saber de él, se me quitó, tuve varios novios y puedo creer que lo que sentí por esos novios es muy diferente a como lo que sentía por Kai.

Solo sé que no siento nada por Kai y eso no lo puedo cambiar aunque lea mi pequeño diario o las cartas que están guardas y selladas, al parecer son 4, reviso las fotos y son varios en donde salimos Kai y yo de niños, todas son muy nostálgicas que me pongo a pensar en cómo es que me olvide de esos veranos y por qué dejamos de venir desde entonces, suspiro y me levanto. Me cambio de ropa por un vestido cómodo y unas converses que sé que me terminare quitando porque estaremos en la arena.

Miro la hora y no ha regresado aun, van a dar las 6 de la tarde y decido ir ya que estoy aburrida, al salir de la casa camino hacia la playa y como dije, me quito los converses comenzando a caminar, miro el atardecer junto al mar y puedo sentir que sigo en la costa de Valencia como si nada, camino un poco más y puedo escuchar la música tal como dijo Kai.

Veo un grupo de chicos  bailar alrededor de la fogata, algunas chicas usan una falda hawaiana y hacen ese baile de caderas que podría lograr hacerlo si no fuera tan mala bailando, me acerco un poco tímida al lugar y diviso a Kai bailar con una chica morena, algo dentro de mí dio una puntada, como una aguja atravesara la piel, al parecer ella era la causante de que no llegara a buscarme.

Me volteo sintiéndome rara por ver la escena, solo están bailando, todos los hacen y choco con un chico de ojos azules, pelinegro y alto, este algo quemado, todo rosado. Me sonríe en modo de disculpa.

— Lo siento — escucho decir, suspiro relajada porque hable español.

— No te preocupes — estoy por moverme pero me detiene.

— Deja te ayudo a limpiarte, realmente lo siento no te vi — miro mi vestido sin darme cuenta de que me echó su bebida encima, río un poco, supongo que uno viene es a divertirse y no pensar en supuestos amores, lo sigo y me da una camisa que al ponérmela parece chaqueta, la amarro haciendo que me cubra lo manchado y suspiro.

— Gracias de veras —  asiente, está por decirme algo pero siento el agarre de alguien tomándome por sorpresa.

— Viniste, lo siento, se me hizo tarde en irte a buscar — se disculpa Kai como si nada, el pelinegro mira al moreno y este igual a él — Veo que conociste a Jared — dice soltándome del brazo, miro al pelinegro de nombre Jared y me empieza a parecer muy lindo.

— Kai, cuanto tiempo — saluda, no comprendo que sucede ni nada por el estilo pero lo que sé es que ambos se conocen y parecen tener cierta rivalidad. — Veo que no seguiste con la actuación — frunzo el ceño sin entender nada de nada.

— Veo que tú sí pero no pareces muy conocido que digamos — contraataca Kai, miro a Jared con más detenimiento y puedo notar algo familiar.

— ¿Tú no eres el que hace el papel de hermano de Harry en la película de Renacer? — pregunto y él asiente alegre de que alguien lo reconozca — Ah ya, no es por nada pero que película de terror tan mala, tu actuación fue buena, no tenías que decir mucho — digo  y parece que lo he ofendido porque Kai se ríe a carcajada por mi comentario.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo