En ese momento, Lolita estaba atrapada en los brazos de Diego. No sabía qué pasaría si se rebelaba. ¿Se repetiría lo del otro día? Pero, al oír ese tono tan frustrado, ¿sería cierto lo que dijo Hans sobre él?
¿Que Diego era un hombre solitario?
"Tengo que cambiarme el traje de baño. Este vestido no es cómodo", dijo Lolita, sin intentar soltar la mano de Diego de su cintura.
"Entonces, deja que un sirviente lo haga por ti. ¡Sirviente!", gritó Diego. Se acercó un sirviente.
"Trae un traje de baño para la señorita Lolita", ordenó.
"Sí, señor". El sirviente se fue inmediatamente.
"Aquí tiene, señor".
"Puedes ponértelo ahora".
"¿Cómo puedo cambiarme si no me sueltas?". Y cuando Lolita dijo eso, finalmente obtuvo su libertad. Luego, Lolita se apartó y fue al baño.
Afortunadamente, el sirviente trajo un traje de baño que coincidía con lo que Lolita quería. No era demasiado revelador ni vulgar. Así que podía moverse con comodidad. El corazón de Lolita latía con fuerza. Antes de volver a la pi