Lolita, quien ahora estaba encima de Diego, abrió los ojos. Unos segundos pasaron en silencio. Ambos se quedaron congelados con miradas rígidas.
"¿Qué estás haciendo? ¡Quítate de encima!", dijo Diego.
Fue entonces cuando Lolita se dio cuenta de lo estúpida que había sido. Se levantó rápidamente, sintiéndose avergonzada. ¿Cómo había podido caer en una posición tan comprometida? ¡Qué fastidio!
Lolita retrocedió unos pasos. Aprovechando la oportunidad, Diego se levantó y miró a Lolita, quien estaba incómoda.
“Debes haberlo hecho a propósito”.
"¿Qué?", preguntó Lolita nerviosa. Esto estaba fuera de sus planes; lo que acababa de pasar fue totalmente inesperado. "Fue accidental". En su posición actual, Lolita podía ver claramente los abdominales de Diego, ya que el hombre estaba acostumbrado a dormir sin camisa.
Y cuando se giró, Lolita pudo ver un tatuaje en la parte superior de su espalda derecha, lo cual la puso aún más nerviosa.
Los recuerdos de la noche anterior volvieron de inmediato.