"¿Quieres que repitamos aquella noche, hmmm?"
¡Gulp!
Lolita tragó saliva, que por desgracia se sentía pesada. Su cuerpo inmediatamente tembló de miedo. La imagen de aquella noche volvió a destellar en la cabeza de Lolita. Los ojos de la chica se cerraron por un momento, y luego volvieron a abrirse.
"Nunca más volveré a cometer ese pecado."
Diego sonrió. "¿Pecado?"
El dolor y el trauma de ese incidente aún no habían desaparecido; Lolita no quería empeorarlo, o perdería la cabeza. Lolita negó rápidamente con la cabeza. Por ahora, tenía que estar a salvo aceptando la solicitud de Diego.
"Bueno, entonces iré a cambiarme ahora."
Lolita inmediatamente tomó su bolso de mano sobre la mesa y corrió en dirección opuesta a Diego.
Unos minutos después, la chica regresó con una sudadera grande y gruesa y unos pantalones de tela holgados. Aunque se veía extraño, eso bastó para satisfacer a Diego. Al menos, no podía ver las curvas del cuerpo de la chica, o todo sería peligroso.
"Bien. Mañana le diré