POV de ADRIANA
La carretera se estiraba frente a nosotros como una cinta interminable de asfalto.
Era curioso cómo algo tan simple podía parecer tan intimidante.
No sabía si era el cansancio acumulado, la incertidumbre de no saber a dónde íbamos exactamente, o simplemente el peso de todo lo que habíamos dejado atrás, pero el silencio entre Diego y yo se sentía diferente esta vez.
No incómodo.
Sino denso.
Como si cada uno estuviera perdido en sus propios pensamientos, pero de alguna forma sosteniéndonos el uno al otro, sin necesidad de palabras.
Afuera, el paisaje cambiaba lentamente. Casas dispersas, campos amarillos por el sol, pequeños pueblos que parecían suspendidos en el tiempo.
Todo era tan distinto a lo que conocíamos.
Y, sin embargo, era exactamente lo que habíamos buscado.
Una nueva página.
Una oportunidad.
Un salto al vacío.
—¿Te duele la espalda? —preguntó Diego de repente, su voz suave, casi rompiendo el encanto del silencio.
Me giré hacia él, sonriendo apenas.
—Un poco. P