POV de Diego
La oficina estaba impregnada de un silencio pesado, casi insoportable. Frente a mí, el escritorio de caoba reflejaba los últimos destellos de luz del atardecer. Pero en mi mente no había nada tranquilo. Todo lo que podía pensar era en Robert. El hombre que, en algún momento, consideré un aliado y amigo, ahora se había convertido en la mayor amenaza que enfrentaba. Y, aunque me costaba aceptarlo, me daba cuenta de que no lo veía venir.
Los últimos días habían sido un cúmulo de eventos que no lograba encajar. Robert había cambiado, ya no era el mismo de antes. Había algo en su mirada que me inquietaba, algo que me decía que estaba dispuesto a todo para conseguir lo que quería. Pero eso no fue suficiente para prevenir lo que estaba por venir. Si hubiera sabido antes lo que planeaba, hubiera tomado medidas antes. Pero la ambición tiene esa capacidad de nublar el juicio, y Robert estaba cegado por la suya.
Fue durante una reunión rutinaria cuando la chispa de la traición saltó.