POV de Diego
El sonido del vaso al chocar contra el escritorio resonó en la habitación. Mi mano se mantuvo firme mientras el whisky se agitaba dentro del cristal.
—¿Quieres decirme otra vez lo que acabas de descubrir? —mi voz era baja, pero la furia contenida en cada palabra era evidente.
Adriana estaba de pie frente a mí, con los brazos cruzados y la expresión tensa.
—Eduardo Salazar no solo quiere destruirte, Diego. Quiere reemplazarte.
La miré fijamente, sintiendo una oleada de ira recorrerme.
Sabía que Salazar estaba moviendo fichas en mi contra. Lo que no había considerado era la posibilidad de que quisiera sentarse en mi silla.
Eso no iba a pasar.
—¿De dónde sacaste esa información? —pregunté.
—Raúl Ortega.
Me reí, pero sin humor.
—Ese hijo de puta siempre ha sabido demasiado.
Adriana asintió.
—Y esta vez, lo que sabe puede salvarnos… o matarnos.
Me pasé una mano por la cara, sintiendo el peso de la situación sobre mis hombros.
Si Salazar quería tomar mi lugar, significaba que n