POV de Adriana
Desde el momento en que Diego comenzó a actuar de manera más atenta conmigo, algo dentro de mí no encajaba. No era el tipo de atención que solía darme, no era el Diego posesivo que solía controlar cada aspecto de mi vida. Esta vez, era algo más calculado, más frío, y aunque su voz sonaba amable, podía sentir las corrientes subterráneas de su verdadera intención.
Cuando me habló sobre ese "proyecto importante" que quería que supervisara, no pude evitar sentirme atrapada. Diego rara vez delegaba cosas importantes, y menos en alguien como yo, a quien siempre consideraba más un adorno que una verdadera aliada en sus negocios. Pero sabía que no podía negarme. Con Diego, siempre había consecuencias si algo no salía como él quería.
—Por supuesto, Diego, me encargaré de ello —le respondí con una sonrisa que apenas sostenía.
Él me observó con una intensidad que me hizo estremecer. Su mirada decía más de lo que sus palabras jamás podrían. Asentí y salí de su despacho lo más rápid