Parte 3...
— Listo, ya firmé. Pueden empezar a hablar antes de que me rasque de curiosidad.
Otávio se rió a carcajadas y cuando un chico se acercó, pidió una jarra de agua de coco para ambos.
— ¿Quieres comer algo, Ana?
Incluso tenía hambre, pero preferí decir que no. Cuando llegara a casa, prepararía algo para comer.
— Entonces empecemos — dijo Sandro — Tenemos una propuesta para hacerte.
— En realidad - Otávio se inclinó hacia mí — La propuesta es de Matteo.
Arrugué el ceño y miré de uno a otro.
— ¿Matteo? — hice una expresión divertida de duda — ¿Matteo... Mi jefe? — hice un gesto — ¿Ese Matteo?
— Exacto - Otávio se balanceó riendo — Él mismo.
— Hum... No lo sé, la verdad. - me rasqué detrás de la oreja — Pero adelante, puedes hablar.
— Voy a resumirlo, porque nuestro tiempo nos lo exige, ¿de acuerdo? - Sandro tocó mi mano.
— Claro, supongo que es mejor así.
— Matteo está en una situación un tanto complicada, por así decirlo... Sabes que perdió a su abuelo, ¿verdad? - asentí con la