Capítulo treinta y nueve
Mi cara se pone roja y rápidamente la muevo hacia otra dirección, desde adelante solo escucho su risa y en el momento de abrir la puerta escucho ruidos, Wade abre y la peor escena de mi vida se ha cumplido.
Ver a Elizabeth desnuda no es una de las mejores cosas de mi vida.
Volteo hacia Wade y le pongo mi mano disponible en los ojos, escucho las risas de los dos y sus tropezones por los escalones.
—Listo—murmuro con vergüenza.
Sonríe —Que generosa.
—Quieres decir que querias ver a mamá y a tu mejor amigo en está situación—suelto mi mano de su agarre y pongo la pañalera en la mesa de centro.
Camina hacia mí para entregarme a Arturo —Cargalo con ambas manos así como acunando a un bebé