Capítulo treinta y dos
Tantos recuerdos en mi mente que son casi imposible para mí borrarlos. Camino hacia el baño para tomar una buena ducha.
Ya listo salgo y voy al armario para ponerme unos pantalones largos negros, es lo mejor cuando eres un lobo y tu temperatura sobrepasa los treinta y siete grados.
No quieres ni usar boxer.
Me seco el cabello y tiro la toalla a la canasta de la ropa sucia para que nana spirit la lavé después.
Bajando las escaleras escucho voces provenientes de la sala negra; Matías otra vez satisfaciendo sus necesidades de apareamiento con una cualquiera. Aun que su corazón le pertenece y está atado a Elizabeth él no puede dejar descansar al amigo por razones de calor.
Sí, así es el ciclo. Primero el Alpha, luego el beta, luego los dem&aac