El sonido amortiguado de voces enojadas pareció flotar alrededor de Minerva mientras luchaba por abrir los ojos.

Parpadeó confundida cuando el dosel de hojas sobre ella se enfocó y frunció el ceño, su dolor de cabeza se intensificó mientras lo hacía.

El gemido irritado que salió de sus labios al menos pareció hacer que el zumbido alrededor de ella se detuviera cuando los rostros preocupados de su padre y Ben se enfocaron.

‘¿Estas despierta? ¿Cómo te sientes?’ Ben preguntó con ansiedad mientras se sentaba lentamente y miraba a su alrededor, tratando de reconstruir lo que había sucedido.

De repente, el recuerdo de la niña en los brazos de su madre y el torrente de poder devastador que había desatado llenaron su mente y entró en pánico, agarró el brazo de Ben.

‘Por favor, dime que la tienes. Por favor, dime que no la maté’. La boca de Ben se convirtió en una línea sombría cuando la cara de Minerva se arrugó.

‘No te preocupes, logré llevarla a un lugar seguro’, dijo una voz que no estaba