Cuando abro los ojos, estoy en una habitación, acostada en una cama. Estaba llena de polvo y parecía que no había sido usada en mucho tiempo.
Me dolía todo el cuerpo, lo cual no era una sorpresa dado que salí disparada a través del parabrisas.
Lucho por levantarme. Es cuando estoy sentada contra la cabecera que me doy cuenta de que me arde la piel y que tengo las piernas encadenadas al suelo.
Intento romperlas pero es fuerte y la plata me quema la mano. Suspiro y la dejo después de un par de intentos fallidos.
Trato de llamar a Sebastian pero no puedo. Era como si hubiera un bloqueo o algo así. Lo mismo ocurre con Blue y Midnight. No pude comunicarme con ninguno de ellos.
Recordando mi teléfono oculto, lo busco. Doy gracias a la diosa cuando lo encuentro todavía guardado a salvo. Al sacarlo, observo que a pesar de la pantalla rota, todavía funcionaba.
Estaba llamando a Sebastian cuando escuché voces afuera de mi habitación. Rápidamente bajé el volumen antes de esconder rápidament