Nunca, en mis cortos veintiséis años, imaginé que mi vida se convertiría en una película dramática al estilo francés. Nunca pensé que terminaría sola, viviendo con mi hija y luego diciéndole al amor de mi vida que es padre y que ha pasado seis años sin conocerla. La mirada que me dirige Logan Walker estaba llena de confusión, dolor y rabia. Me imaginaba todo lo que debía estar pasando por su mente, y eso que ni siquiera le había confirmado la verdad.
—Dime, respóndeme la pregunta —vuelve a hablar cuando yo no respondo—. ¿Yo soy el papá? ¡Respóndeme!
Justo cuando estoy por abrir la boca, la puerta del estudio de Thomas se abre, dejándonos ver a una Haylee bastante confundida al encontrarnos juntos.
—Amor, te estuve buscando. ¿Qué haces aquí con ella? —le pregunta a su novio, y luego vuelve a mirarme, pero esta vez con una expresión fría e indiferente.
—¿Y bien? ¿Vas a responderme?
Sé que debería decirle que sí e irme de este lugar, pero no puedo... Esto es algo entre Logan y yo. No que