La mirada Elie estaba fija en la puerta aquella que acababa de ser cerrada, no podía creer que hubiera personas tan hostiles, ella solo había ido a aquel lugar a pesar de sus pensamientos negativos
Por qué en cuanto había visto aquel muñeco de pingüino, solo había pensado en aquel hermoso niño, con el que no había perdido contacto en todos aquellos días, este se había propuesto a conversar a diario
Enviaba saludos de buenos días, buenas tardes y buenas noches, solía preguntarle que hacía y como iba su día
Ella bromeaba con Abigail Campbell, llamándolo su pequeño amante, pues el pequeño niño sin duda era todo un galán, seguramente todo aquello lo había aprendido de su padre
Aquel que era hermoso y seguramente tenía una extensa experiencia con las mujeres, aunque no negaría que se había asustado un poco al ver la expresión llena de furia de su parte cuando bajaba por aquellas escaleras con la mujer sujeta del brazo, se traba de su madre
Elie observo al pequeño niño a su lado, el pequeño