El paseo de los 9 meses de Maya fue un éxito y un aire para las asperezas de Briana y Ethan. Los días de entrenamiento de Ethan siguieron mientras a la vez, estos dos se acercaban mucho más.
Las semanas pasaron entre los juegos de Maya, las nuevas cosas que hacía, y unos días divertidos que de cierta forma alegraban los de Briana. Y para cuando estaba terminando junio por fin, Ethan le propuso a Briana darse un respiro y salir a cenar sin Maya.
Él caminó por la sala esperándola y cuando escuchó que ella bajaba las escaleras en un vestido color azul ceñido a su cuerpo, sus fibras se expandieron por todo su cuerpo. Caminó hacia ella, y le tomó la mano para besarla.
—Te ves… hermosa… —Briana sonrió y dio otro paso más.
—Gracias… puedo decir lo mismo de ti.
—¿Maya?
—Está dormida…
—Perfecto… vamos…
Briana asintió enredando sus dedos con los de él, y luego se subieron a un auto que tenía un chofer.
—Nunca estuve preparada para tu lado romántico…
—Calla… —Briana se rio.
—¿Si eres un conducto