La voz de Mara Blaine se escuchó, cargada de dolor.
—No puedo creerlo, me niego a creerlo, es imposible, no puede ser ella, Orion, eso que dices es imposible, dime que no es verdad —Mara, cargada de tristeza, negaba una y otra vez que la nana de sus hijos fuera la cómplice de Ember.
—Lo siento, madr