El coche se deslizó por las calles de la ciudad, un silencio tenso llenaba el espacio entre Orión y Destiny.
El joven Blaine no dejaba de observarla por el rabillo del ojo, su rostro serio, su mandíbula tensa.
Destiny, por su parte, miraba la ciudad pasar por la ventana, con una expresión de calma q