—No es tan fácil como crees, tu hijo parece tener la misma convicción de su padre —le recordó, su voz era un susurro gélido. —Tu obsesión con Everly Winter te volvió un estúpido. Igual que lo está haciendo con tu hijo y esa maldita mujer.
—Qué patética, no haces más que quejarte, eso es un verdadero