No dice nada, su silencio me pone mas nerviosa. No puedo
creer que me ponga a trabajar, ademas tampoco me dice nada sobre mi situación y
tengo miedo. Veo a las personas caminar por la acera y solo me imagino privada
de mi libertad lo que me pone los pelos en punta.
Llegamos a su casino, nunca he estado en un lugar como este
y cabe anotar que también es un hotel. He oído de estos hoteles que son una
maravilla y apenas vengo a darme cuenta que le pertenece al hombre que abre la
puerta bajándose de su camioneta. El conductor abre la mia y camino detrás de
Nikolay que lo hace imponente.
Me es inevitable no mirar sus hombros anchos, su manera de
caminar como si fuera un Dios, la altura que me hace sentir una hormiga, y el
porte que se gasta.
—Mirar demasiado puede traer
consecuencias—desvió la mirada con las palabras de Aleksa—Nikolay no puede
gustarte, mas bien, habla con el para que puedas saber si estas pisando tierra
firme.
Tiene razón, pero debo armarme de valor, lo de ayer me tiene
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