LEANA
Ivangorod nos recibe con el cielo despejado. Mamá no está en
la casa por ello vamos al hospital rápidamente. Pregunto por mi padre que está
hospitalizado y la doctora me informa en que habitación está.
Asiento encaminando me con Nikolay que no se separa de mi y
quien me follo incesantemente en el avión. Apenas de me dejaba respirar para
volver a estar sobre mí, parece embriagado con mi aroma, necesitado de mi
cuerpo y enfermo por mi piel.
—Te espero aquí afuera.
—Gracias—de verdad valoro mucho el
que este aqui—me hace bien tenerte conmigo.
—No pienso irme.
Aún no se ni cómo voy a decirle a mi madre del porqué de su
presencia. Además de eso, confesarle la muerte de Camilo y aún más, como le
diré que yo lo mate.
Dejó mis pensamientos a un lado abriendo la puerta. Miró a
Nikolay antes de ingresar y esos ojos grises vuelven acelerarme las
pulsaciones.
Entró y mamá está sentada al lado de mi padre que esta
dormido. No sé da cuenta de mi presencia, solo lo mira perdida.
—Mami.