Sonrió antes de besarme con pasión y termínanos de bañarnos
después de dos orgasmos.
—Vamos a desayunar—le digo cuando le
ofrezco una de mis camisas—tengo que alimentarte.
—No quiero salir, tengo vergüenza.
—Esto entre tu y yo tarde o temprano
iba a pasar, había mucha tensión sexual entre los dos, asi que no te
avergüences y vamos que tengo hambre.
—Pensé que ya te habías
alimentado—me sonrió,
—Después continuo con el postre.
Desayunamos al aire libre, es domingo, me gusta hacerlo, y
ademas la compañía inmejorable. Me mira y sonrió en complicidad. Es muy tierna
y sigo insistiendo que Camilo fue un imbécil.
Estoy seguro que ese oficial esta interesado en ella y no
solo la ve como una posible sospechosa, busca cualquier momento para acercarse
a Leana lo que no me gusta.
—Pense que nunca iban a salir de la
habitación—llega Aleksa—parece que te gusto mucho la sorpresa Nikolay.
—¿Que quieres? —bramo molesto
tomando el jugo de naranja.
—Buenos días Aleksa.
—Ella si sabe de buenos modales—se