47. La sonrisa de un ángel
Sus palabras se quedan allí, en este rincón apartado del mundo, donde Scarlett, al permitirse unos instantes en disfrutar por primera vez una calma. Gerald promete a sus niños, a estas personitas pequeñas creciendo y quienes han unido su camino de manera que no comprendería. Nunca. Scarlett remoja el pañuelo una vez más, dándose cuenta que pérdida en sus pensamientos su esposo se quedó rendido en su vientre.
Scarlett se muerde su labio inferior.
¿Ésta es la Bestia de la que tanto temen? ¿Alguien le creería si mostrara que su esposo duerme abrazado a sus bebés? El dueño de un imperio embelesado por los tres latidos que ya tienen el corazón tanto de su madre como de su padre. No le gustaría despertarlo debido a lo tan cansado que debe estar por la herida. Sería contradictorio. ¿No es así?
«¿Por qué es tan extraño para mí? ¿Por qué en estos momentos es un hombre distinto? No debería estar aquí con él, tenerlo de ésta manera» Scarlett inclina el rostro a sus pensamientos, sus ojos no se a