28. Su único hombre
El cuerpo de Scarlett se congela en su sitio. No puede mirar a otra parte, no puede reaccionar. Se ha queda estática por completo y la taza que tiene en sus manos cae al piso. Apenas parpadea, y con el ruido de la taza estrellándose llama la atención de las mujeres a su lado en un santiamén.
—¡Scarlett! —Rina corre hacia ella con preocupación—. ¡¿Estás bien, Scarlett?! ¿Qué sucedió?
Scarlett mantiene su mirada tétrica en la figura de Zayda Montgomery. Tiene guantes negros, una pañoleta en su cuello, su distintivo, y una sonrisa nunca peor que ahora. Tiembla. Scarlett tiembla de pies a cabeza sin dejar de mirarla. No puede ser. Esto es un espejismo.
—¿Scarlett? ¡Scarlett! —llama Rina una vez más. Lo que le arranca la peor de las preocupaciones ahora que ha llamado la atención de las mujeres y de unas cuantas personas alrededor.
Scarlett toma la mano de Rina levantándose de la silla.
—“Quiero irme” —Scarlett mueve sus dedos. La única que la entiende es Sihana también ya de pie, tan preo