CAPITULO 104
QUIERO TODO SAMANTHA.
Caleb, entrecierra los ojos y le quita la bebé de los brazos de Safrina. La bebita lo mira con angustia y él, le hace pucheros.
─ Yo tengo muchos años sin criar bebés, ya hasta había pensado que se me había olvidado sacar gases, pero de lo que si estoy completamente segura, es que no se debe sobrealimentar ─ murmura Safrina.
Caleb, frunce el entrecejo llevando a Lunita, a la cama. Revisa su abdomen e interroga por el suministro del tratamiento anticólicos y comienza a mover las piernitas de la beba, para, luego darle golpecitos en su pancita y repetir los movimientos de sus piernitas, haciendo varias veces repetitivo el procedimiento; a los cinco minutos el llanto de la pequeña se detiene, pero un sonido los hace reír a todos, hasta al padre angustiado, que se ha asomado.
─ ¡Rayos! ¿Seguro que le has dado solo leche? ─ Le pregunta Anselmo, a su hermano mayor, tapándose la naríz.
─ Eso es una indigestión ─ murmura Safrina, observando a Jaime, reprobatoriamente y comenzando a cambiar