Cap:04

LUCÍANA:

La entrega de mis mercancías salió todo a la perfección, mis clientes quedaron satisfechos y ya dejé todo listo y preparado. 

En estos momentos nos encontramos Esteban y yo abordando nuestro jet privado. 

—Lucía, ¿No te has puesto a pensar por qué los dos somos los únicos solteros de nuestra familia? 

Pregunta mi hermano mientras tomamos nuestros asientos y colocamos nuestros cinturones. 

—La verdad sí y pienso que es un golpe de suerte. 

Digo mientras sonrío. 

—Es enserio lo que digo, Iván ya tiene casi nietos, Luisa tiene muchos hijos ya grandes… Bueno y quizás sea entendible por que soy el más pequeño, pero tú… Tienes cincuenta y algo de años ¿No se supone que los gemelos encuentran a su mate al mismo tiempo? 

Habla Estaban pensativo. 

—Nuestros hermanos solo tienen suerte, mi padre duró más de cuatro siglos para encontrar a nuestra madre, así que me considero muy joven para esas cosas.

—No tienes remedio…. ¿De verdad no quieres encontrar a tu mate?

Me pregunta mirándome a los ojos.

—Nunca dije que no lo quería encontrar, solo que por ahora no quiero atarme a nadie … Y ya has silencio que quiero dormir.

—Está bien.

Dice mientras se coloca sus auriculares y cierra los ojos.

Hago lo mismo que él y decido dormir un poco.

(...)

Al bajar nuestro jet privado corro a los brazos del hombre que es como mi segundo padre.

—BIRK.

Digo y salto a sus brazos.

—Oh, pequeña mocosa te extrañe mucho.

Habla mientras me estrecha en sus fuertes brazos.

—Cielos yo también.

Digo con una sonrisa en el rostro, mientras me separo de él.

Esteban saluda a Birk igual de emocionado que yo.

—¿Has cuidado bien a tu hermana?

Le pregunta Birk y este solo sonríe asintiendo.

—Por supuesto, la he cuidado como una bebe acabando de nacer.

—No se por que no te creo, pero fingire que si.

Habla Birk mientras sonríe.

—¿Como están mi familia Birk? ¿Y tu esposa e hijos como están?

Le pregunto.

—Todos están en perfectas condiciones, como siempre.

—Eso es bueno.

Digo mientras me subo de copiloto en la lujosa camioneta.

Mientras Birk conducía de manera tranquila le pregunto.

—¿Sabes cual es el encargo que me tiene mi madre?

Le pregunto y él asiente.

—Así es, pero no me pregunte que no le voy a decir.

Me responde sin mirarme y hago un puchero.

—Vamos Birk, prometo hacerme la sorprendida cuando ella me diga.

Hablo poniendo los ojos de cachorro, pero Birk se niega.

—Ya me conoces Luciana, no voy a decirte.

Dice mientras coloca música con mucho volumen.

Esteban solo se rie burlándose de mi… Ese inutil.

Unas horas después llegamos a la manada, que con los años ha crecido y desarrollado de una manera sorprendente.

Saludo con mis manos a algunos de mis conocidos hasta llegar a la mansión.

En la entrada se encuentran mi madre, mi padre, mis hermanos Ivan y Luisa y mis sobrinos.

Me bajo con una sonrisa de la camioneta… Nada se siente como estar en casa.

Lo primero que hago es saludar a mi madre que le salen lágrimas de alegría en sus ojos. Luego a mi padre, mis hermanos y por último a mis sobrinos que en total son diez, 

Ivan tuvo seis hijos y Luisa cuatro.

—¿Dónde  están Carolina y Daniel?

Pregunto por mis cuñados. 

—Están terminando de preparar los últimos detalles del banquete, ya sabes cómo son cuándo se habla de cocina. 

Dice mi madre y todos empezamos a entrar en la gran mansión. 

El olor a diferentes comidas inunda mis fosas nasales y sonrío de forma inconsciente. 

—Mi niña. 

Dice Alba corriendo a mis brazos. 

—Tía Alba, ¿Cómo estás? 

Hablo emocionada al verla otra vez. 

—Muy bien ¿Y tú cariño? Cada día más, estás más hermosa. 

—Por supuesto que cada día está más hermosa… Son los genes de su madre, gracias a mi tiene esa belleza inigualable. 

Dice mi madre y besa mi mejilla con una sonrisa. 

—Maaa. 

Le reprocho y ella sólo sonríe con burla. 

—Los dos, se van a bañar y bajen para el banquete. 

Dice mi mami y Esteban y yo le obedecemos como dos niños pequeños. 

Entro a mi antigua habitación y sonrío con nostalgia al recordar todo los bellos momentos que he pasado aquí. 

No me detengo mucho a recordar y me dirijo a darme una corta ducha. 

Luego de terminar me cóloco un lindo vestido color pastel, dejo mi cabello suelto y bajo para devorar toda la comida que encuentre. 

Al llegar a la cocina saludo a mis dos cuñados y al beta Raphael qué parece un chicle pegado a Alba. 

En medio de risas, chistes y cuentos malos disfrutamos el hermoso banquete qué se había preparado. 

Antes de Esteban y yo retirarnos a nuestra habitación para dormir nuestra madre nos detiene. 

—Los espero en el despacho de su padre, mañana a primera hora ¿De acuerdo? 

Dice mientras abraza a mi padre y este deja un beso en sus labios… Iiiuugg. 

—De acuerdo, descansa ma, descansa pa. 

Digo y me retiro escalera arriba, pero no sin antes despedirme de los otros… Haber que nos espera el día de mañana. 

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