Capítulo 18.
ACACIA LUNA.
¡Mierda, mierda, mierda!
¿¡Ahora que hago!?
Escucho como Nicolás se queja un poco pero sigue durmiendo.
¿¡QUÉ HAGO!?
El día anterior...
—Ah —me quejo y me quito los tacones—, estoy cansada.
Veo mis pies y me doy cuenta que tengo ampollas.
—Eso no tiene buen aspecto —me dice Alba.
—Lo sé —le digo—. Pero estaré bien.
Saco de mi bolso unas curitas y las pongo sobre las ampollas.
Puede que no me cure, pero por lo menos me ayuda un poco.
—No creo que puedas seguir y mucho menos así —me dice Alba mientras se sienta a mi lado— ¿No prefieres ir a descansar al hotel?
—Tenemos otra reunión en media hora y otra en unas horas —le recuerdo—, no tengo tiempo de descansar.
—Puedes descansar, la mayoria de las personas en las reuniones de hoy son extranjeros, así que van a estar hablando ingles —me dice—. El señor Cooper habla ese idioma y si sucede algo, estaré yo para ayudarlo, así que tu presencia no es muy necesaria.
Me sonríe, pero por alguna razón, siento una sensación extraña que