~Especial Señor Stevenson~
Una vez me juré que no iba a dejar que nadie lastimara a mis hijas y que el hombre que tomara la decisión de hacerlo tenía que pensarlo dos veces, se las iba a cobrar hasta el fondo.
Stefan se equivocó y ahora es mi turno de demostrarle que a Marian nadie la toca, sí, tienen que casarse porque no voy a hacer el hazme reír de toda la ciudad y porque mi hija necesita un esposo para que su valor como mujer sea mucho mayor.
Eso no quita que le vaya a dar su castigo por haberla golpeado por la razón que sea, es por eso que he pedido que me lo traigan y lo tengo amarrado en el sótano de la casa mientras trata de gritar, pero no puede, una cinta cubre su boca. No soy tan estúpido como para arriesgarme a que sus gritos alerten a los vecinos y llamen a la policía, él se merece un pequeño y doloroso castigo
—¿Quién está ahí? ¿Por qué me han traído a este lugar? No tengo nada que darles —la angustiada voz de Stefan llena el espacio.
Ha escuchado mis pasos. Le quito la