Alfa Alexander

Al día siguiente, los tres amigos fueron al hospital a trabajar como todos los días, más el alboroto que había, llamó su atención

— Los jefes estaban investigando un caso de negligencia, dónde el equipo de Temperace, había sido responsable

— La doctora había sido llamada por los altos directivos, estaban furiosos ante una demanda de miles de dólares en la puerta, Temperace, sabia que en sus guardias todo estaba bien, ella se aseguraba de supervisar a sus futuros cirujanos muy de cerca

— Doctora Temperace Rodríguez, su equipo a cometido una equivocación terrible con uno de los pacientes, usted es la jefa del proyecto y responsable de sus cirujanos, ¿puede explicarnos qué fue lo que pasó? — un directivo le extendió un expediente médico, Tem, lo leyó detenidamente

— Por supuesto que ella conocía el caso y lo estaban llevando con estricto protocolo, sus órdenes de medicación eran claras y exactas, no comprendía que pasó hasta que encontró el error

— Temperace, hacía una guardia de doce horas, pero las otras doce horas la guardia pertenecía a Oliver Miller, el director del hospital y ahora su ex-novio, el expediente decía que él había ordenado alterar la cantidad de anticoagulantes, lo que había generado la hemorragia del paciente

— Directivos, e encontrado el error y no es mío — Temperace les señaló el lugar del cambio — ¡cómo pueden ver está no es mi letra no soy la responsable!

—Lo que la ingenua doctora no sabía, era que el jefe de la junta directiva era tío de Oliver, el poderoso hombre los sacó a todos y dejó solo a su sobrino, debía limpiar su error a como diera lugar o de lo contrario el apellido de la familia terminaría enlodado

— ¡¿Cómo pudiste ser tan imbécil, Oliver?! ¡en qué maldito lío nos has metido! ¡no nos queda más que culpar a tu ayudante, ella tendrá que cargar con la responsabilidad, de otro modo serás expulsado de la familia y tu cédula profesional será cancelada!

— Oliver Miller, dudó un poco si, pero al final se puso como prioridad y salvó su pellejo, la junta directiva regresó y dió su veredicto

— Doctora Rodríguez, a sido encontrada responsable de negligencia hacía un paciente de grave estado, nuestra propuesta es que se marche pacíficamente y su cédula no será cancelada, en caso de que decida pelear, la demanda por millones de dólares caerá sobre usted y su licencia de médico será retirada permanentemente

— Temperace, estaba sin palabras, el nudo que sentía en la garganta la estaba ahogando, gruesas lágrimas salieron de sus hermosos ojos, era la injusticia más grande que había sufrido en su vida, otra traición que venía de la misma persona, Oliver Miller, tal como le dijo la tarotista ese hombre representaba la traición

—Sin poder hacer nada, sus amigos la llevaron afuera para que tomara un poco de aire, ahí fue alcanzada por Oliver, en sus ojos había un dejo de dolor y arrepentimiento pero no la salvaría no admitiría su error

— Lo siento, Temperace, si en algo puedo ayudarte, solo llámame — fueron las palabras del hombre que se esfumó de inmediato para regresar a la sala directiva

— ¡Santo Dios, cuánto cinismo cabe en ese hombre! — Clarisa, deseaba darle de palos a doctor, por desgraciado y ruin

— Algún día el karma va a llegarle, no siempre podrá salirse con la suya — Temperace, no podía dejar de llorar, ese hombre le había arruinado la vida tanto personal como en lo profesional, no entendía por qué le había hecho tanto daño, pero no estaba es su naturaleza darse por vencida

— Los amigos de Temperace, seguían trabajando en el hospital por qué no tenían más opción, había pasado una semana desde el despido de la joven doctora y no había podido encontrar otro trabajo, parecía que se había corrido la voz de su supuesta negligencia y nadie quería contratrala, hasta que un día, cuándo salió por el correo un sobre llamó su atención

— CLINICA SAN PETERSBURGO

— A Temperace, se le había olvidado por completo que había mandado una carta solicitando entrar a trabajar en esa prestigiosa clínica.

—Doctora Temperace Rodríguez, después de una rigurosa selección nos es grato informarle, que a sido seleccionada para trabajar en nuestra clínica San Petesburgo, en el país de Rusia... en caso de aceptar, deberá llegar en un plazo no mayor a un día

Nota : El boleto de avión ya está anexado

— La hermosa doctora no tenía mucho que pensar, ya no le quedaba nada en los Estados Unidos, solamente sus amigos pero ellos tenían su propia vida, Temperace, decidió que era hora de cambiar de aires y comenzar de cero, subió a ese avión con rumbo a la aventura más grande de su vida, tenía miedo sí, pero confiaba en que está vez si lograría cumplir sus sueños

Mientras tanto en Rusia

— Alfa, han pasado ya mil años y no has podido encontrar a tu mate, tu carácter se vuelve cada vez más terrible y la paciencia en ti es casi nula. — el beta Igori, recalcaba a Alexander, su descontrolado carácter

— ¡No es mi culpa que no la haya encontrado, Igori! ¡parece que la diosa luna, disfruta divertirse conmigo, todos los Alfas que conocemos tienen con ellos a sus lunas, incluso hasta cachorros, y yo solo tengo... soledad y amargura!

— No te desanimes, Alexander, estoy seguro que encontrarás a tu compañera cuando menos lo esperes, deberías ir a visitar las manadas de los alrededores, quizás una de las lobas que viven ahí, sea tu ansiada luna

— Pero... ¿qué haré con esa insistente Valquiria que me persigue como un fantasma — el Alfa dijo molesto — debo confesar que con su gran poder a mi lado, puedo ser invencible, pero... ella no es mi luna, y este vacío que tengo en el pecho es muy duro de soportar

— La manada veía al Alfa como un lobo poderoso e indiferente a todo, pero nadie más que su beta sabía lo que guardaba en su corazón, el anhelo por su pareja destina

— El imponente lobo, se sirvió un poco de whisky, vinieron a él los recuerdos de sus padres, juró que algún día cobraría venganza y ese día estaba más cerca de lo que sus enemigos imaginaban, la muerte de sus padres no quedaría impune, el sanguinario Alfa, salió de su despacho para hacerle una visita a su enemigo, Greco Thompson, había confirmado su traición, quería tenerlo frente a él y ver su reacción por el mismo, ver si era capaz de engañarlo en su propia cara

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