A lo largo de todo el viaje, Rebecca evita el contacto visual con Alex, manteniendo distancia para evitar cualquier conversación, ya que todavía está molesta. Cuando finalmente desembarcan, Alex la lleva a la agencia de alquiler de autos para recoger el coche alquilado.
– Sra. Baker, ¿le gustaría conducir? – Pregunta, agitando las llaves en la mano en un intento de romper el incómodo silencio.
– No estamos en presencia de nadie, así que por favor llámeme Srta. Jenkins o simplemente Rebecca. No necesitamos formalidades aquí. – Responde ella con cierta aspereza. – Realmente no quiero conducir, gracias. – Sin esperar una respuesta, abre la puerta y se mete en el coche.
– ¿Cuánto tiempo vas a seguir así? – Pregunta cuando entra en el coche.
– ¿Así cómo?
– Olvídalo. No creo que sea el momento adecuado para discutirlo ahora. – Dice, encendiendo el coche y conduciendo hacia el hotel.
Cuando llegan al hotel, Alex recoge las tarjetas de acceso a la recepción para las suites. Era consciente de