Al entrar en el coche, Rebecca permanece pensativa, considerando cómo persuadir a Henrique para que guarde su secreto.
– Sr. Henrique, ¿es correcto decir que te importo, verdad?
– Sí, tengo un afecto por ti, como el de un padre hacia una hija.
– Genial, entonces necesito pedirte que guardes mi secreto, ¿puede ser? Ya le confié esta información a Maria, y ella aceptó mantener el secreto. No se trata de algo inapropiado, pero sospecho que Alex no lo tomará bien.
– Puedes confiar en mí, no revelaré nada.
– Necesito que me lleves al Grupo Shaw, ya que empezaré a trabajar allá hoy. Sin embargo, soy consciente de que a Alex no le gustará, porque espera que me concentre en mis estudios.
– Y tiene razón. Te sugiero que sigas ese camino. – Él expresa, intentando hacerla reconsiderar, ya que sabe que cuando Alex descubra esto, las cosas podrían complicarse para ella.
– Lo entiendo, pero te pido, por favor, que prometas mantener esto en secreto, que no se lo contarás a nadie.
– Puedes confiar en