Después del almuerzo con Eduardo, Rebecca se dirige a la casa de Susan, donde había agendado una reunión con algunas amigas.
– ¿Cómo estás, amiga? – Susan pregunta, abrazándola.
– Siempre es una pregunta complicada de responder, mis días tienen sus altibajos. – Confiesa Rebecca.
– ¡Pronto te sentirás mejor! No te preocupes. – Consuela Christine, también abrazándola. – Becca, ayer Ryan mencionó que llamaste a él.
– Actué un poco impulsivamente, llamé para pedir una recomendación de abogado, aunque estaba claro que no podía ayudarme con eso.
– ¿Estás planeando iniciar el proceso de divorcio? – Pregunta Susan.
– Sí, Susan, lo haré. Ya no hay matrimonio, es hora de resolver estas cosas.
– ¿Ya hablaste con Alex? – Pregunta Christine.
– No, y no tengo intención de hacerlo. No tengo el coraje de enfrentarlo. Además, ni idea de dónde está. Pero cambiando de tema, decidí acompañarlas al evento benéfico esta noche.
– Qué bien, será maravilloso que te distraigas. La vida no se trata solo de trab