No sabia si así como para mi, para Chris nuestra luna de miel tenia un sabor amargo.
Recibía cada día un mensaje de texto distinto, y cada palabra que leía hacia eco en mi mente y en mi corazón.
EL domingo por la tarde ya estábamos de regreso en casa.
Había pasado literalmente toda la semana en cama, sin probar bocado o comer a medias.
Pasaron 30 minutos aproximadamente y Chris atendió al llamado de la puerta.
Minutos después mamá entro a la habitación.