Al principio solo quería escapar de la mansión, de las miradas compasivas y de sí misma.
Durante veinte años se torturó con la idea de que no debía vivir, de que ella debió estar con sus padres en el automóvil cuando todo sucedió y que no tenía sentido que la encontraran en su casa durmiendo.
Luego, cuando supo que era una mágissa y que su magia había sido la causa de su supervivencia, su culpa cambió; ahora se cuestionaba por qué razón no fue capaz de salvar a sus padres si era tan poderosa como parecía ser.
Años de terapia no ayudaron demasiado, aislarse del mundo tampoco funcionó; sin embargo, lo que sí sirvió para hacerla sentir un poco mejor fue continuar con la labor de su padre. Eso le dio sentido a su vida, se convenció de que si conseguía ayudar a las personas que sufrían del Síndrome T, entonces habría valido la pena sobrevivir.
Sin embargo, después de tantos años, resultó que el motivo por el cuál su papá y su mamá murieron fue, precisamente, por toda la investigación.
¿Sab