Mientras hablaba por teléfono con Kevin, Amelia me escribía en un papel lo que ella quería que le dijera, pero yo conocía muy bien al padre de mi hija, y todo lo que Amelia me escribía en una hoja de papel, sabía perfectamente que iba a ser mucho peor para mi, asi que decidi seguirle el juego a Kevin
—Alice, tengo a dos de mis hombres muy cerca de donde tu te encuentras, sal de la casa donde estas y recorre dos calles, ellos te recogerán allí mismo — me dijo Kevin
—Olvidate Kevin, si quieres algo nos vemos mañana tu y yo donde me digas, pero a estas hora de la noche, no me pienso marchar de esta casa — le dije
— Alice no me toques los huevos, sal ahora mismo de la casa y ves hacia donde están mis hombres o te juro por mi hija que te arrepentiras, por no obedecerme — me dijo notando en su voz que de verdad estaba muy enfadado
— No, lo siento pero no pienso salir de la casa esta noche, llamame mañana, adios — le dije colgando la llamada
Después de terminar de hablar con Kevin, mi abogad