POV MAGNOS.
Amelia me miraba asombrada por mi pregunta. Pero me responde aunque esté sorprendida.
— Estaré bien tan pronto como me calme un poco. Pensé que iba a atacarme. Tu madre está loca. Si no hubieras llegado, ni sé qué habría pasado. Muchas gracias, Magnos. — Dijo Amelia. Me concentré en sus latidos y estaban empezando a normalizarse. Amelia limpió las lágrimas restantes de su rostro.
— Magnos, necesito tocar su vientre para sentir a mis cachorros. Están agitados, nos necesitan. — Habló Cosmo en mi mente. Ya viene él con su lloriqueo. ¿Cómo le pediré tocar el vientre de esta irritante? Me quedé pensando.
— No puedo simplemente poner mi mano en su vientre. — Dije.
— ¿Por qué no? Somos los padres de los cachorros y tenemos nuestros derechos. — Dijo Cosmo. Es hasta gracioso oírlo hablar de derechos, nunca invocamos esa palabra antes, pues tomamos lo que queremos.
— Pero Amelia no es nuestra compañera para tener esa intimidad con ella. Puede darnos una bofetada. — Dije.
— ¿Y