POV AMELIA
Jake y yo salimos de la oficina de Magnos. Cuando llegamos al ascensor, suspiré aliviada. Pensé que Magnos iba a arrancarle la cabeza a Rubens. Pero qué bueno que logré que me escuchara. Miré a mi hermano y recordé que no hizo nada para ayudar.
— Podrías haber ayudado cuando Magnos quería matar a Rubens — dije. Jake me miró burlón.
— Hermanita, no soy suicida. ¿Crees que sería tan tonto como para ponerme entre un alfa furioso y su objetivo? Jamás haría esa tontería — comentó Jake.
— Podrías haber dicho algo, en vez de encontrarlo divertido — mencioné.
— ¿Decir algo para que la ira de tu lobito cayera sobre mí? Nunca. Y Rubens merecía una buena lección. Nadie mandó a ese mago descarado a andar con galanterías para una mujer casada — dijo Jake, dando la razón a Magnos, mientras salíamos del edificio sede de la manada.
— ¿Estás del lado de Magnos? — pregunté, sonriendo.
— Esto no tiene nada que ver con lados. Es lo correcto; Rubens no puede andar tratando de seducir muje