Los Celedón empezaron a organizar la fiesta, Genaro no perdió oportunidad de botar la casa por la ventana, es decir, derrochando no solo buen gusto, sino excesivo lujo, los más costosos entremeses, platos exóticos, las mesas, centro de mesas, mantelería, en fin no había un solo detalle sencillo, todo era ostentoso, extravagante, con eso quería demostrarle a la sociedad de Villa Madera que su familia no estaba acabada y que los rumores sobre el estado precario de sus finanzas, no eran ciertos, pues nadie pensaría que una familia a punto de arruinarse celebraría una fiesta de semejante magnitud. Así se fue divulgando en toda la ciudad e incluso en todo el país, la unión de los Celedón con una de las familias más importante del país, sin embargo, no daban detalles de las personas que se comprometerían, las redes sociales y diarios indicaba «Unión poderosa entre los Anderson con los Celedón, a través de un compromiso matrimonial, entre dos miembr0s importantes de sus familias», eso hizo
Benjamín observaba atento la expresión de Paolo mientras revisaba los resultados de la investigación, su rostro palideció, aunque intentó simular el temor que estaba sintiendo.—¿De dónde has sacado esto? ¿Te lo has inventado? ¿Cómo conseguiste este informe? —habló el hombre asustado.—¿Por qué? Porque cada investigación que se hizo tú la saboteabas para que no se pudiera saber el nombre del responsable. Que planificaste todo porque sabías que ese día tu padre te iba a comprometer con Ana Sofía, quien a pesar de ser inteligente y hermosa, no te interesaba porque tenías una relación con Melissa, la invitaste a comer a un restaurante y le contaste a ella sobre las intenciones de tu padre, ella cayó en la locura… en el mismo momento para apaciguarla le dijiste que no te importaba Ana Sofía, que si es por ti podrías desfigurarle el rostro y así fue como ella se le ocurrió lo del ácido. »Fuiste tan tonto que enviaste a uno de tus propios trabajadores a adquirirlo y lo cambiaste de ciudad,
Genaro se acercó al hombre y empezó a carcajearse burlesco. —¿A quién pretenden engañar? ¿Usted cree que me voy a creer semejante representación? ¿De dónde va a sacar ese muerto de hambre para adquirir unas joyas de más de cien millones de dólares? Porque es que con su aspecto tan insignificante no creo que ni para mafioso sirva —expuso mientras la gente soltaba carcajadas de burla. —Piense lo que usted crea, yo soy un experto en joyas, uno de los mejores del país con una alta reputación, jamás me prestaría para engañar, si usted no quiere creerlo, eso es su problema —respondió el hombre apartándose del lugar, sin dejar de sentir molestia, porque lo incomodaba que pusieran en tela de juicio su capacidad y experiencia. En cuanto a Ana Sofía, ignoró a su padre, a decir verdad, le daba igual si era una baratija o no, cualquiera fuera su valor económico, para ella tenía un invaluable valor sentimental, tomó la mano de Benjamín, y comenzó a subir las escaleras. Sin embargo, en la plant
Benjamín entró a la habitación y encontró a Ana Sofía llorando, observó a Nidia, le agradeció haberse quedado con su familia y la despidió.—¿Viste que estoy bien? —interrogó, aunque algo le decía que no estaba así por él.—Sí, vi como te defendiste del ataque de esos hombres, por algunos momentos tuve miedo, sin embargo, me calmaba cuando te veía peleando como si fueras todo un experto… —se limpió las lágrimas y le hizo una pregunta—. Yo tengo varias preguntas que hacerte ¿Puedo?—Me imagino cuáles son, pero antes de que me las hagas, deseo que me digas ¿Por qué estabas llorando cuando entré? —interrogó el hombre y las lágrimas de la joven volvieron a rodar por sus mejillas.—Estoy sufriendo un ataque por las redes… me están llamando desde zorr4, interesada, mala mujer, que me vendo al mejor postor, que soy la moneda de cambio de los Celedón y que estos por el dinero y el poder son capaces de vender su alma al diablo.—Me vas a perdonar Ana Sofía, sin embargo, lo último es cierto, y
Estela vio a su esposo sin poder ocultar su nerviosismo, el rostro del hombre tenía una expresión de frialdad, y ella se defendió atacando a Benjamín. —¿Cómo vas a creer eso Genaro? ¿Cómo vas a pensar que soy capaz de hacerle daño a nuestra propia hija? —interrogó la mujer ofendida, colocando su mano en el pecho con un aparente gesto de dolor, porque estuvieran dudando de ella— ¿Creerás en las palabras de un bueno para nada? De un hombre que solo ha venido a crear discordia entre nuestra armoniosa familia. Cuando vio la duda cruzar el rostro de su marido, supo que había ganado y siguió profiriendo ofensas en contra de Benjamín. —Solo quiere mal poner a Ana Sofía en nuestra contra, eso es lo que ha logrado ¿Quién sabe de donde estarán sacando esas mentiras en contra de los chicos y míos? Benjamín no vas a lograr dividir a nuestra familia… Genaro, espero que no logre que tú desconfíes de mí ¿Acaso no viste cómo le pagó a ese joyero para decir que esas prendas eran auténticas y que cos
Benjamín salió camino al aeropuerto, caminó varias cuadras de la casa y ya lo estaba esperando Sirio, porque cuando terminó la llamada con su padre le envió un mensaje, en vez de sentarse en el asiento trasero, lo hizo en el puesto de copiloto.—¿Pasa algo? —interrogó el hombre con interés.—Ana Sofía, tengo la impresión que está sospechando —habló sin ocultar su tono de preocupación.—Después de esa manifestación de poder, por su parte, ¿Qué esperaba? ¿Qué cristiano común y silvestre va a enfrentarse con hombres armados con cadenas y va a salir ileso? Aún tiene inflamada la frente, ¿No se colocó nada?—No, luego de enfrentarnos a la familia Celedón, nos fuimos a descansar, Ana Sofía estaba un tanto preocupada, no debe ser fácil enterarse de que tu propia madre te desfiguró el rostro —habló Benjamín, pensativo—. ¿Qué hiciste con los hombres?—Primero, los llevé a nuestra base, después de persuadirlos durante una buena parte de la noche para que confesaran, lo hicieron y luego los puse
Benjamín se quedó viendo a su padre con intensidad, mientras en su interior se agitaban un sinfín de emociones, su primera reacción, era mandarlo al carajo y salir corriendo de allí, sin siquiera escucharlo, dejarlo frustrado con sus ganas de controlarlo, pese a ello, lo pensó mejor, quizás podía jugar las cartas a su favor, movió la cabeza de un lado a otro, se inclinó acercándose a su padre hasta quedar lo más cerca posible de su rostro, y con una voz fría se expresó.—¿Por qué te empeñas en meterte en mi vida? No puedes entender que ya tengo esposa e hijo y eso no hay nadie que pueda cambiarlo, porque yo me siento feliz. Te confieso que aunque al principio Ana Sofía fue solo una forma para liberarme de ti y escapar de tu control, mira las ironías de la vida, ahora estoy aquí, enamorado por completo de mi esposa y todavía sigo intentando escapar de tu control. » Estoy cansado de esto, siempre usas las mismas técnicas, así sepas que no te darán resultado, sabes que ninguno de los do
Mara se despidió de su interlocutora sin ocultar la inquietud de su mirada. —Val, lo siento, debo cortar, llegó mi hijo Benjamín y creo que me veré obligada a romper algunas promesas que te hice. Después de cortar la llamada, miró preocupada el rostro de su hijo, le daba una profunda tristeza tener que decepcionarlo, a pesar de que durante toda su vida estuvo guardando muchos secretos, siempre había mantenido una imagen de mujer intachable frente a Benjamín. A Mara le gustaba que él se sintiera orgulloso de ella, más ahora ver su expresión mezcla de incredulidad, confusión, causaba una agitación en su interior. —Siento decepcionarte… me duele mucho que descubras que no soy la mujer perfecta que siempre has creído, soy una mentirosa —el pecho de la mujer subía y bajaba con desesperación—. He ocultado cosas y también he conspirado para manipularte como lo ha hecho tu padre… —Ya me doy cuenta, ¿Querías que me casara con Ana Sofía? —inquirió Benjamín con un deje de decepción en su