Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer trajo consigo más que luz. Trajo el peso completo de las consecuencias internacionales que habían comenzado a materializarse con la velocidad brutal de la diplomacia cuando estaba motivada por algo más que cortesía.
Don Ricardo estaba de pie en su oficina privada—la que mantenía separada de Montes Industries para asuntos que requerían absoluta discreción—cuando el mensaje llegó. No por email. No por llamada telefónica que pudiera ser rastreada o grabada. Sino entregado en mano por un mensajero diplomático cuya presencia misma comunicaba la gravedad de la situación.
El sobre llevaba el sello oficial de la embajada europea. Su contenido era directo hasta el punto de ser br







